La
mortalidad materna es
inaceptablemente alta. Cada día mueren en todo el mundo unas 800 mujeres
por complicaciones relacionadas con el embarazo o el parto. En 2010 murieron
287 000 mujeres durante el embarazo y el parto o después de ellos.
Prácticamente todas estas muertes se produjeron en países de ingresos bajos y
la mayoría de ellas podrían haberse evitado.
Datos y cifras
cada dia mueren unas 800 mujeres por causas previsibles relacionadas con el embarazo y el parto.
Un 99% de la mortalidad materna corresponde a los paises en desarrollo
La mortalidad materna es mayor e las zonas rurales y en las comunidades mas pobres.
En comparacion con las mujeres de mas edad las jovenes adolescentes corren mayor riesgo de complicaciones y muerte a consecuencia del embarazo.
La atencion especializada antes, durante y despues del parto puede salvarles la vida a las embarazadas y a los recien nacidos.
La mortalidad materna mundial se ha reducido en casi la mitad entre 1990 y 2012.
Desde 1990, la
mortalidad materna ha disminuido en un 47%.
Entre 1990 y
2012 la razón de mortalidad materna mundial (es decir, el número de muertes
maternas por 100 000 nacidos vivos) solo ha disminuido en un 3,1% al año, cifra
que está lejos de la reducción del 5,5% anual necesaria para alcanzar el OMS.
Distribución de la mortalidad materna
El alto número
de muertes maternas en algunas zonas del mundo refleja las iniquidades en el
acceso a los servicios de salud y subraya las diferencias entre ricos y pobres.
La casi totalidad (99%) de la mortalidad materna corresponde a los países en
desarrollo: más de la mitad al África subsahariana y casi un tercio a Asia
Meridional.
La razón de
mortalidad materna ratio en los países en desarrollo es de 240 por 100 000
nacidos vivos, mientras que en los países desarrollados es tan solo de 16 por
100 000. Hay grandes disparidades entre los países.
Pocos tienen razones
de mortalidad materna extremadamente altas, superiores incluso a 1000 por 100
000 nacidos vivos. También hay grandes disparidades en un mismo país entre
personas con ingresos altos y bajos y entre población rural y urbana.
El mayor riesgo
de mortalidad materna corresponde a las adolescentes de menos de 15 años. Las
complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las
adolescentes en la mayoría de los países en desarrollo.
Por término
medio, las mujeres de los países en desarrollo tienen muchos más embarazos que
las de los países desarrollados, por lo que tienen mayor riesgo de muerte
relacionada con el embarazo a lo largo de la vida.
El riesgo de muerte
relacionada con la maternidad a lo largo de la vida (es decir, la probabilidad
de que una mujer de 15 años acabe muriendo por una causa materna) es de 1 en
3800 en los países desarrollados y de 1 en 150 en los países en desarrollo.
Causas de mortalidad materna
Muchas mujeres
mueren de complicaciones que se producen durante el embarazo y el parto o
después de ellos. La mayoría de esas complicaciones aparecen durante la
gestación; otras pueden estar presentes desde antes del embarazo, pero se
agravan con la gestación. Las principales complicaciones, causantes del 80% de
las muertes maternas, son: Las hemorragias graves (en su mayoría tras el
parto), las infecciones (generalmente tras el parto), la hipertensión gestacional (preeclampsia y
eclampsia), los abortos peligrosos.
Las demás son
asociadas a enfermedades como el paludismo, o la infección por VIH en el
embarazo.
La salud materna
y del recién nacido están íntimamente relacionadas. Cada año mueren más de 3
millones de recién nacidos, y otros 2,6 millones mueren antes de nacer.
Reducción de la mortalidad materna
La mayoría de
las muertes maternas son evitables. Las soluciones sanitarias para prevenir o
tratar las complicaciones son bien conocidas. Todas las mujeres necesitan
acceso a la atención prenatal durante la gestación, a la atención especializada
durante el parto, y a la atención y apoyo en las primeras semanas tras el
parto. Es particularmente importante que todos los partos sean atendidos por
profesionales sanitarios especializados, puesto que la conducta clínica
apropiada y el tratamiento a tiempo pueden suponer la diferencia entre la vida
y la muerte.
Las hemorragias
graves tras el parto pueden matar a una mujer sana en dos horas si no recibe la
atención adecuada. La inyección de oxitocina inmediatamente después del parto
reduce el riesgo de hemorragia.
Las infecciones
tras el parto pueden eliminarse con una buena higiene y reconociendo y tratando
a tiempo los signos tempranos de infección.
La preeclampsia
debe detectarse y tratarse adecuadamente antes de la aparición de convulsiones
(eclampsia) u otras complicaciones potencialmente mortales. La administración
de fármacos como el sulfato de magnesio a pacientes con preeclampsia puede reducir
el riesgo de que sufran eclampsia.
Para evitar la
muerte materna también es fundamental que se eviten los embarazos no deseados o
a edades demasiado tempranas.
Todas las
mujeres, y en particular las adolescentes, deben tener acceso a la planificación
familiar, a servicios que realicen abortos seguros en la medida en que la
legislación lo permita y a una atención de calidad tras el aborto.
Obstáculos a que las mujeres reciban la atención que necesitan
Las mujeres
pobres de zonas remotas son las que tienen menos probabilidades de recibir una
atención sanitaria adecuada. Esto es especialmente cierto en regiones con pocos
profesionales sanitarios cualificados, como el África subsahariana y Asia
Meridional.
Aunque la atención prenatal ha aumentado en muchas partes del mundo
durante el último decenio, solo el 46% de las mujeres de los países de ingresos
bajos se benefician de una atención especializada durante el parto. Esto
significa que millones de partos no son asistidos por un médico, una matrona o
una enfermera diplomada.
En los países de
ingresos elevados, prácticamente todas las mujeres realizan como mínimo cuatro
consultas prenatales, son atendidas durante el parto por profesionales
sanitarios capacitados y reciben atención pos natal. En los países de ingresos
bajos, poco más de un tercio e de las embarazadas realizan la cuatro consultas
prenatales recomendadas .
Otros factores
que impiden que las mujeres reciban o busquen atención durante el embarazo y el
parto son; la pobreza la distancia, la falta de información, la inexistencia de servicios decuados, las prácticas culturales.
Para mejorar la
salud materna hay que identificar y eliminar los obstáculos al acceso a
servicios de salud materna de calidad en todos los niveles del sistema
sanitario.
Respuesta de la OMS
La mejora de la
salud materna es una de las principales prioridades de la OMS, que está
tratando de reducir la mortalidad materna ofreciendo orientaciones clínicas y
programáticas basadas en datos científicos, fijando normas mundiales y
prestando apoyo técnico a los Estados Miembros. Además, la OMS aboga por
tratamientos más asequibles y eficaces, elabora materiales didácticos y
directrices para los profesionales sanitarios, y presta apoyo a los países para
que ejecuten políticas y programas y efectúen un seguimiento de los progresos.
Durante la cumbre de
las Naciones Unidas, celebrada en septiembre de 2010, el Secretario General Ban
Ki-moon presentó una Estrategia mundial de salud materna e infantil cuyo
objetivo es salvar la vida de más de 16 millones de mujeres y niños durante los
próximos cinco años. La OMS está colaborando con los asociados para alcanzar
este objetivo en la actualidad.