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martes, 11 de mayo de 2021

El Gran reto de las Redes Sociales en el escenario Electoral Digital


Panamá no solo es un centro de convergencia a nivel latinoamericano para el sector financiero, turístico y logístico, sino que a través del Istmo pasan la mayoría de los cables submarinos de telecomunicaciones convirtiéndolo en un punto privilegiado con la mayor conectividad del área, los ciudadanos cuentan con acceso a anchos de banda y servicios en casi todas las partes del país a través de diferentes operadores de servicios de telecomunicaciones.
 
Dicha accesibilidad la constatamos según datos de la Autoridad de servicios Públicos de Panamá (ASEP), por cada 100 habitante 47.9 tienen acceso a internet público, sin considerar que actualmente existen más líneas de celular que habitantes (total de líneas de celular 5,709,763 de las cuales 4M aproximadamente corresponden a líneas prepago vs total de habitantes según último censo poblacional 4,278,500).[1]
 
Hasta el 2020 con un aproximado de 1.4 millones Facebook es red social con mayor cantidad de usuarios en el país, sin embargo es un fenómeno interesante que muchos panameños están utilizando más otras plataformas digitales como Instagram, Twitter, tik tok entre otras y se debe considerar que la mayoría de los usuarios de smartphones utilizan WhatsApp como su plataforma de comunicación principal por las facilidades de difusión de contenidos y comentarios de manera inmediata la cual fue muy utilizada en las elecciones pasadas para difundir contenido electoral.

Las redes sociales juegan un rol importante y decisivo en la actividad política electoral llegando a influir en los resultados de las campañas electorales considerando el impacto que tienen en los ciudadanos, con el cambio de paradigma de la comunicación tradicional a la digital, se les abre a los electores un canal alternativo y una vía de comunicación directa político-elector logrando que los ciudadanos se involucren más en la vida política. 
 
Una campaña política ya sea de un candidato independiente o de un partido político que utilice redes sociales como WhatsApp, Facebook, Instagram o Twitter, les asegurará que tendrán un lazo directo para transmitir información por estas plataformas que generen la participación en debates y una gran cantidad de datos en beneficio de la contienda electoral.
 
Sin embargo, la transparencia en la calidad de información que se surte en las redes sociales por su rapidez de transmisión y la falta de trazabilidad debe ir dirigida a crear conocimiento sin influenciar en el deseo de la libre expresión del voto del ciudadano, al abusar de la información que se comparte ya que es una línea muy delgada y peligrosa que puede llegar a violentar los derechos humanos.
 
En cuanto a la libertad que todos tenemos de expresar nuestras ideas ya sea verbal, por medios escritos o digitales, cuando se trata de un escenario político electoral, se debe tener cuidado con influenciar en el voto del ciudadano, el cual debe ser libre de obligación o coacción de una manera que a través de él se emita su voluntad de acuerdo con las propuestas presentadas por los candidatos dentro de la contienda electoral.
 
Es un hecho conocido en el mundo político-electoral-digital, lo sucedido con Cambridge Analitica y Facebook donde a través del análisis de millones de datos de usuarios de la red social mencionada, se logró desarrollar campañas para políticos buscando influenciar o cambiar el comportamiento de los ciudadanos con una precisión casi quirúrgica, según su ubicación geográfica, gustos y afinidades personales en momentos determinantes de la elección, vulnerando de una manera sutil y casi imperceptible la libertad de escoger que tiene el votante de manera libre y sin coacción, impulsandolo a emitir un voto por un candidato específico, alineando la campaña digital con temas afines a sus gustos personales como resultado al análisis de la Big Data.
 
Es entendible que dentro de una campaña política y más hoy día en plena pandemia los políticos empleen plataformas digitales para la captación de adherentes acostumbrados a las plataformas digitales que en su mayoría son jóvenes, lo cual es muy diferente a influenciar en la decisión del voto.
 
En Panamá según cifras del Tribunal Electoral en las últimas elecciones llevadas a cabo en mayo del 2019, el 30% del padrón electoral estaba compuesto por jóvenes. (el padrón electoral contiene a 2.7 millones de votantes), en las pasadas elecciones se preveía una masificación de la utilización de las redes sociales para la difusión de las campañas políticas y para ello la autoridad electoral establecio entre los participantes de la contienda electoral un pacto ético digital para evitar el abuso de estos medios.
 
Según nuestra experiencia, las redes sociales brindaron un panorama más amplio al elector para poder escoger por quien no votar, se trató de evitar la propagación de fake news y que las mismas no influyeran en la libre elección del voto del ciudadano, implementando una vede digital electoral sabiendo que la decisión del voto se concretiza los últimos 15 días antes de ejercer el mismo y se reglamentaron contravenciones en cuanto a su violación estableciendo un monitoreo de las redes de los candidatos a puestos de elección, llegando incluso la autoridad juzgadora a bloquear las redes de estos por violación a la veda.

Las Redes sociales deben utilizarse para difusión de la propuesta política, incentivar el intercambio de información e ideas. Estoy seguro de que con el tiempo reemplazarán los medios tradicionales de hacer propaganda política en todos los países todo ello sin distorsionar la información, incitar al odio o la violencia, promoviendo el diálogo.

El reto País para los próximos eventos electorales ya es la implementación de sistemas digitales para que tanto el ciudadano, el candidato puedan ejercer sus derechos políticos electorales de una manera transparente en un entorno digital sin temor a vulneraciones de seguridad o datos biométricos tan comunes hoy día, no es un secreto que en el sector tecnológico lo único seguro es que algo fallara y para ello quienes administran esta tecnología o quienes están llamados a organizar, fiscalizar y juzgar la vulneración de estos sistemas deben brindarle al ciudadano certeza y confianza en los métodos electorales de participación ciudadana.

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